PROGRAMA PERMANENTE DE EXTENSION, INVESTIGACION Y DESARROLLO EN LAS COMUNIDADES INDIGENAS DE LA ARGENTINA

Secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires

TALLER DE FOTOGRAFIA

Durante el mes de Octubre se llevo a cabo un taller de memoria critica y fotografia en la comunidad La Estrella.

PROYECTO DE VOLUNTARIADO UNIVERSITARIO


Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA)

DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO

Memoria crítica una perspectiva desde la imagen fotográfica


En el desarrollo de este proyecto se trabajará con los comunicadores sociales que participan en el Encuentro de Comunicadores indígenas de la región chaqueña y con miembros de la comunidad indígena Kates. Nos proponemos realizar talleres de reflexión sobre imágenes fotográficas históricas y su contexto de producción a partir de los siguientes ejes temáticos: formación del estado nación, relación capital-trabajo y construcción del otro indígena. Se trabajará con el archivo de fotografía histórica de nuestro Programa, surgido de distintos archivos e instituciones. Se deja además, abierta la posibilidad de trabajar sobre otros ejes que puedan surgir de los talleres. Y se propone una producción fotográfica a partir de los ejes temáticos planteados y los nuevos. Pretendemos desarrollar el uso de la fotografía como instrumento de comunicación. Como resultado del proceso de talleres, pretendemos alcanzar dos objetivos básicos: la capacitación fotográfica de los participantes y la producción de una exposición itinerante fotográfica para la difusión de las problemáticas abordadas. La muestra circulará por distintas comunidades y organizaciones indígenas y en espacios culturales y de difusión.

martes, 1 de marzo de 2011

Acerca de Kates-La Estrella

Katés, la Estrella, una comunidad de población chorote, que surge del monte y sus animales, del río y sus peces, del polvo de los caminos, de la lucha de quienes la viven y la construyen.
En el año 2002, un grupo de familias del Pueblo Chorote empezó a edificar sus viviendas sobre las costas del Río Pilcomayo, a pocos kilómetros de Misión la Paz, en el Este de la Provincia de Salta.
Nacía Katés, que en castellano significa la Estrella. Cobraba vida y comenzaba a crecer un proyecto comunitario que perseguía la defensa, con dignidad, de la autonomía, la vida y la identidad del Pueblo Chorote. Cinco puntas tiene la estrella de David, la estrella del anciano cacique de Misión La Paz. Estrella que orientaría desde entonces el camino de la comunidad. “La D sería defensa, la A sería llegar a ser autónomos, la V es la vida, la I es la identidad y la D es hacer cosas con dignidad”, cuenta Pablo, cacique de Katés.
Durante siete años construyeron colectivamente algunas plantaciones, un sistema de riego, una escuela de educación bilingüe, proyectos de salud comunitaria.
Siete años construyeron comunidad.
Siete años demoró el río en arrasar los barrancos, y llevarse consigo las casas, la escuela, las plantaciones. “Y ha llegado el momento que nos pegó el golpe el río y tuvimos que pensar en que no pase algo más, que haya una desgracia: por ahí se inunda de noche y están los abuelitos que no pueden andar rápido, y los chicos… Por eso decidimos venir para esta zona en la que estamos.”
El 8 de enero de 2099 la comunidad volvió a empezar. Siempre en comunidad: todos construyeron las casas de cada familia, todos levantaron la escuela para garantizar que los chicos pudieran comenzar las clases en el año que iniciaba, todos pelearon durante un año y medio por la construcción de un pozo del cual obtener agua potable. No fue fácil, casi sin agua, sobrevivir al calor, a las avispas, a la sequía que arrecia contra todo brote, a los parásitos en las panzas de chicos y grandes.
Hoy Katés tiene un pozo, tiene agua con la cual regar la vida que crece en ella.
No hay, en la era de las telecomunicaciones, un solo teléfono de línea, no hay un vehículo con el cual trasladar al hospital a la gente que enferma, no hay peces en el río cuando los terratenientes logran desviarlo para el riego de sus plantaciones de soja.
Pero hay agua, hay una escuela, hay casas, hay muchos chicos creciendo juntos, y hay gente luchando por que sigan haciéndolo más y en mejores condiciones, luchando con dignidad por la vida, la autonomía y la identidad.

Millones de peces mueren en el lecho seco del Pilcomayo.

Un canal abierto por Paraguay generó una drástica disminución del cauce del río. Las comunidades denuncian mortandad de peces y exigen participación para la búsqueda de soluciones.

El pescado ocupa un lugar central no sólo en la alimentación sino también en la economía de las comunidades indígenas y criollas que viven sobre la costa de río Pilcomayo en Formosa, Salta, Bolvia y Paraguay.

La contaminación del Río y el abuso de los recursos hídricos pusieron en jaque en reiteradas ocasiones la posibilidad de supervivencia de los pobladores de la zona. Ya en el año 2001, representantes de algunas comunidades del Chaco Salteño comenzaron a movilizarse a partir de notar la contaminación del río y el modo en que ello estaba afectando a la pesca.

Luego de arduas investigaciones, llegaron a la conclusión de que los desechos de la explotación de algunas minas en Bolivia, que es donde el río nace, eran eliminados hacia el agua, y el plomo, el arsénico y el cianuro sedimentaban en los peces, impidiendo su crecimiento.

Como producto de la lucha de las mismas comunidades, en ese momento se logró la participación indígena en la comisión trinacional (integrada por Argentina, Bolivia y Paraguay) que toma las decisiones referidas a la Cuenca del río Pilcomayo.

En julio de este año, las comunidades de la zona comenzaron a sufrir nuevamente un embate, consecuencia de una medida que favorecería a grandes productores privados de Paraguay en detrimento la vida económica de las pequeñas comunidades tanto de Argentina, de Bolivia como de Paraguay.

El agua del río Pilcomayo no está entrando a su cauce, debido a un canal que se construyó del lado paraguayo para el riego de grandes extensiones de campo.

El cauce natural del río disminuyó su nivel casi a una décima parte, ocasionando la muerte de millones de peces.

La apertura de este canal se realizó en el marco del llamado “Proyecto Pantalón” que se ejecuta a la altura de la localidad de Santa Teresa (Viejo), Dto. Ramón Lista, Provincia de Formosa. El proyecto comenzó en 1989, producto de un acuerdo binacional entre Argentina y Paraguay para desviar agua del río hacia ambos lados.

Una comisión binacional formada por funcionarios de los gobiernos de Argentina y Paraguay, por ingenieros, técnicos, etc, es la que tiene en sus manos las decisiones en relación a las transformaciones del río.

Sin embargo, quienes sufren las consecuencias ambientales del proyecto (la tala del monte, la drástica disminución del caudal de agua del río, la muerte de los peces), no tienen voz en ese ni en otros espacios desde los cuales denunciar el costo de estos acuerdos para sus propias posibilidades de vida.

Es por ello que los pueblos originarios de la zona, una vez más, reclaman lo que, por otra parte, les está legalmente reconocido en el artículo 15 del Convenio 169 de la OIT – art. 15 (adoptado por Argentina a través de la ley 24071): el derecho a participar en las decisiones respecto a la utilización y administración de los recursos naturales ubicados en los territorios que habitan.

Sumado a la ausencia de espacios en los cuales hacer escuchar su voz, las comunidades enfrentan ahora el peligro de la presencia de efectivos militares apostados del lado de la ribera de Paraguay, ya que, tal como lo indica el diario paraguayo Ultima Hora, las autoridades del vecino país decidieron militarizar la zona de embocadura del río Pilcomayo “ante supuestas amenazas de actos vandálicos".

Muerte de Peces en el Pilcomayo